Tag Archives: terapia EMDR

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Hablemos de fibromialgia

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La fibromialgia (FM) constituye un síndrome de dolor crónico insidioso, benigno y de etiología desconocida. Es una patología reumática caracterizada por dolor osteomuscular generalizado, afectando a los músculos y tejidos blandos (ligamentos y tendones). Siendo el único síntoma físico contrastable es la presencia de sensibilidad a la palpación en áreas localizadas específicas del cuerpo, denominadas puntos sensibles. Ligada a la presencia de alteraciones del estado de ánimo y problemas de sueño, atención y memoria.

La prevalencia o presencia de la fibromialgia en la población general española mayor de 20 años se estima en un 2,4%. Con un mayor predominio en mujeres (4,2%) que en hombres (0,2%). En el ámbito de la salud mental, la prevalencia de la fibromialgia en pacientes atendidos en las consultas de psiquiatría es de un 11,25%. Asociándose significativamente con mayor frecuencia a los trastornos de ansiedad, depresión e insomnio.

A pesar de que los mecanismos que desencadenan el síndrome siguen siendo desconocidos a día de hoy, gracias a los estudios llevados a cabo, se ha podido obtener información relevante sobre los posibles agentes que intervienen en la fibromialgia como: factores genéticos o alteraciones en el mecanismo de procesamiento del dolor relacionadas a la sensibilización del Sistema Nervioso Central (SNC). En este último caso, la sensibilización del SNC implica desequilibrios en neurotransmisores, conectividad funcional alterada y cambios en el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal, que impactan en el Sistema Nervioso Autónomo.

Diversos estudios señalan como factores de riesgo o predisponentes para la FM diferentes factores estresantes, entre los que destaca la asociación entre la vivencia de situaciones traumáticas, sobre todo en la infancia, y FM. Esta asociación también es relevante ya que, la exposición a estas vivencias traumáticas tempranas, tiene un impacto significativo en la desregulación del eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal antes mencionado.

¿Qué papel tiene la psicología en el tratamiento de la fibromialgia?

El papel de la psicología en el ámbito del dolor crónico no se debe a que las personas que lo sufren se estén inventando su dolencia o padezcan un trastorno mental. Sino que el dolor crónico, aunque benigno, implica una limitación de las capacidades funcionales y psicológicas de los pacientes, que afecta a su calidad de vida y bienestar emocional, social y laboral.

Por un lado, desde la psicología, se estudia e interviene en los factores psicológicos que funcionan como moduladores de la experiencia subjetiva del dolor. Dicho de otra manera, esos factores que afectan sobre la sensación del dolor, por ejemplo: cómo afecta la aparición de sintomatología ansioso-depresiva a la intensidad percibida de dolor. Con la finalidad de ofrecer herramientas que ayuden a las personas a manejar mejor su dolor tanto a nivel emocional, como cognitivo y conductual.

Por otro, con abordajes psicoterapéuticos como la terapia EMDR intervenir y trabajar con esas situaciones traumáticas o estresantes que se han identificado como factores de riesgo para el desarrollo de la FM. Para ayudar al paciente, y a su sistema nervioso, a procesar e integrar el evento traumático, disminuyendo el malestar y síntomas psicológicos que experimenta la persona en el presente.    

Con el objetivo final de mejorar el reajuste de los pacientes con FM a su situación de dolor actual y a su propia experiencia de vida, mejorando su calidad de vida y hábitos cotidianos.

Remei Galindo
Nº Col. 26.497
Psicóloga General Sanitaria


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La disociación ante el trauma

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Son muchas las ocasiones en las que podemos sentir que nuestro comportamiento es contrario a nuestra propia forma de pensar, incluso a veces podemos llegar a sentir conflictos internos que suelen ser generadores de malestar.

Esta diferenciación de nuestra personalidad tiene nombre, se llama Disociación, y es un mecanismo de defensa que tiene nuestro cerebro para ayudarnos a afrontar situaciones traumáticas en las que percibimos que no disponemos de suficientes recursos para enfrentarnos a ello, por el alto coste emocional que presentan.

La exposición a un trauma, puede generar además del conocido Trastorno de Estrés Pos-traumático TEP, una afectación a nuestra estructura de personalidad difícil de tratar desde la intervención de corte cognitivo, ya que hablamos de una afectación emocional.

Por eso es tan importante recurrir a técnicas y modelos de intervención emocionales que nos permitan trabajar la disociación, y lograr integración de las partes que vivieron la o las experiencias traumáticas.

En PsicoSabadell somos especialistas en EMDR, una técnica especializada en el tratamiento de trauma simple y trauma complejo. Un formato de psicoterapia que permite resolver traumas emocionales que quedaron enquistados, generando importante sintomatología ansioso- depresiva y que en muchas ocasiones está mal diagnosticado bajo etiquetas de «Trastorno de ansiedad» o «Depresión«.

Animamos a quienes hayan estado expuestos a situaciones vitales de alta carga emocional (para la edad en la que uno lo vive) a que trabaje con esta técnica EMDR y resuelva todo aquello que ha quedado bloqueado y que aun a día de hoy sigue molestando emocionalmente.

Irene González
Psicóloga General Sanitaria
Num. Col 19275


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Terapia EMDR y trauma infantil

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La palabra “trauma” puede desembocar en nosotros la imagen de un suceso terrible que pone en riesgo nuestras vidas como puede ser un accidente o un ataque terrorista. Ciertamente se tratan de situaciones en las que la persona queda paralizada al verse envuelta en una situación que supera los recursos para afrontarla y que pone en peligro la integridad vital. También hay situaciones cotidianas o más repetitivas que pueden generar “trauma” como el abuso, el maltrato, un estilo de apego inseguro o evitativo con nuestros progenitores, etc.

Si una situación con estas características puede paralizar a un adulto, imagínense a un niño. Los niños, en su proceso de desarrollo y maduración, pueden sentirse vulnerables e indefensos ante diversas situaciones, más allá de las catástrofes, por lo que siempre van a requerir la contención y ayuda de un adulto. Por este motivo, no es de extrañar que los niños y adolescentes sean más sensibles y vulnerables a las experiencias traumáticas y por ello, es muy importante conocer los desencadenantes y los síntomas de las mismas.

Debido a la inmadurez de los niños, una experiencia traumática puede ser una situación que, a priori, no tenga importancia para un adulto o que se presuponga un impacto leve en el estado emocional.

En consulta no es extraño encontrar la raíz de algunos problemas afectivos o de relación en niños con experiencias “traumáticas” en la primera infancia o más adelante que pasaron desapercibidas. Por ejemplo, una caída, un atragantamiento, un día en la piscina que casi termina en ahogo, la muerte de un familiar cercano, de una mascota o la respuesta que obtenemos de un adulto pueden condicionarnos en nuestro proceso de aprendizaje de nuestra identidad, nuestra manera de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

Por lo tanto, las características de un suceso que pueda dejar una impronta traumática en los niños y adolescentes son:

– situación que ponga en riesgo la integridad vital de uno mismo.

– situación con alto impacto emocional, los niños especialmente se “impactan” con aquello que ven y oyen.

– situación en la que ve a sus adultos de referencia (padres, tutores) nerviosos u desbocados.

– situación en la que no hayan sido protegidos por un adulto o que no se hayan sentido así.

– situaciones desconocidas que requieran de la contención de un adulto.

– situación en la que no se hayan podido expresar los sentimientos de ansiedad o miedo.

En general, cualquier situación que desemboque en el niño sentimientos de miedo, ansiedad y sensación de inseguridad son de especial importancia que los adultos cercanos las detecten y puedan ofrecerles la contención emocional y la seguridad que necesitan, aunque a juicio de un adulto la situación no sea tan grave, para un niño que está aprendiendo cómo funciona su cuerpo, sus sentimientos y el mundo que le rodea, necesita sentirse seguro para afrontar situaciones problemáticas futuras.

Qué manifiestan los niños y adolecentes ante situaciones traumáticas no resueltas:

Primera infancia:

La falta de lenguaje verbal complica que los niños nos expresen con palabras lo que les sucede, por lo que hay que estar muy pendientes de cambios en sus rutinas de comida y sueño.

– mayor irritabilidad.

– dificultad para calmarlos.

– necesidad de estar apegado al adulto.

– dificultades para comer o dormir

Preescolar:

Igual que en la primera etapa,  hay que estar muy pendientes de cambios en sus rutinas de comida y sueño. En este caso, también hay que estar alerta a cambios en su manera de relacionarse con los padres, los compañeros u otros adultos. El juego y el dibujo nos dan muchas pistas de lo que les preocupa.

– irritabilidad

– mala conducta

– dificultades para comer o para dormir

– manifestación de conductas correspondientes a edades más tempranas.

Edad escolar:

Poco a poco van madurando y van conociendo los antecedentes y consecuencias de los actos del mundo así como de las reacciones de los adultos. A pesar de ello, muchas veces no saben encontrar el origen de su malestar y acostumbran a manifestarlo en mayor irritabilidad, mal humor, mala conducta, miedos y conductas propias de edades más tempranas.

– miedos

– pesadillas

– problemas para dormir

– mojar la cama (enuresis nocturna o diaria)

– mala conducta

– irritabilidad / irascible

– molestias físicas (dolores de barriga, de cabeza, etc)

– en niños más mayores, a partir de los 8-9 años, sentimientos de vergüenza o culpa

– mayor apego a los adultos

– expresión de la situación que les ha impactado a través de los juegos o los dibujos.

Adolescencia:

En esta etapa, el adolescente se despega de los padres para juntarse con su grupo de iguales y descubrir y formar su propia identidad. No es de extrañar que busque mayor apoyo en sus amigos y que, de algún modo, quiera identificar lo que le sucede con los demás. No obstante, pueden aparecer signos de mayor labilidad emocional, en la esfera ansiosa- bajo estado del ánimo o todo lo contrario, desafiante e irritable. Mantener una actitud abierta de escucha y de “no juicio” es fundamental en una etapa en la que, ya de por si, cuesta mantener un buen clima de comunicación.

– expresiones emocionales más intensas de miedo, ansiedad o enfado.

– conductas inapropiadas o temerarias.

– mayor irritabilidad

– mala conducta

– problemas para dormir o comer

– ansiedad o conductas fóbicas

– manifestación de conductas correspondientes a edades más tempranas.

Desde PsicoSabadell os queremos presentar la modalidad infanto-juvenil de la terapia psicológica EMDR. Se trata de un abordaje basado en la identificación de recuerdos pasados “no resueltos” para su posterior reprocesamiento e integración en la memoria autobiográfica de la persona. Cuando un suceso que en su momento tuvo un alto impacto emocional, ya fuese puntual o que se diera de manera continua, nos condiciona en nuestra maduración y en la formación del yo. No es extraño que una experiencia impactante no resuelta tenga consecuencias en el futuro en nuestra visión de nosotros mismos y en la relación con los otros.

Esta técnica esta basada en el proceso natural del cerebro de integración de la información obtenida de nuestros sentidos y del entorno que sucede durante la fase de ondas lentas o fase REM del sueño. Dicho abordaje simula un estado similar a este estado mediante la estimulación bilateral ocular o por toques en las manos accediendo al recuerdo por sus canales de entrada (los sentidos) para reprocesar el recuerdo y crear nuevas conexiones asociadas a dicho recuerdo de modo que no generen el malestar manifestado hasta el momento.

EMDR es un abordaje que ha demostrado en numerosos estudios científicos su eficacia con el Trastorno por estrés postraumático. Hay abiertas nuevas líneas de investigación que, en el ambito infanto-juvenil, en el campo de la sintomatología afectiva y conductual en el caso de problemas ansioso-depresivos, conductuales, alimentarios y en problemas de apego.

En PsicoSabadell disponemos de una psicóloga infanto-juvenil con formación especializada en EMDR infantil.

Si creéis que vuestro hijo/a puede beneficiarse de este tipo de intervención, no dudéis en poneros en contacto con nuestro centro para informaros.

Por Jessica Arjona
N.col. 21919

Sitios web de interés:

Asociación Española de EMDR: http://emdr-es.org/sobre-emdr/


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Barcelona no tiene miedo

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Desde nuestro Centro de Psicología PsicoSabadell, queremos mostrar total rechazo a los atentados terroristas producidos ayer en Barcelona y esta madrugada en Tarragona. Y trasladar las condolencias y nuestro apoyo a los familiares y amigos de los afectados por las catástrofes.

Agradecer a los servicios sanitarios y personal de emergencias,a así como a las fuerzas de seguridad la labor que están realizando. Por último pero no menos importante resaltar la fortaleza humana de la ciudadanía , que no tiene miedo,  a la que nos unimos.

Os dejamos el link de una noticia que publicamos cuando se produjeron los atentados de Paris

Consecuencias psicológicas en la población general de los atentados terroristas

Como especialistas en intervención temprana ante situaciones traumáticas quedamos a la entera disposición de aquellas personas que requieran de nuestros servicios por haberse visto afectadas.


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Trabajar en el pasado con EMDR

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El EMDR o la técnica también llamada Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares  es una técnica psicológica terapéutica que se usa para desensibilizar y reprocesar aquellos traumas psicológicos de tal forma que dejen de perturbar a la persona que los padece. La técnica esta basada en la ecología del cerebro y especialmente en su tendencia a la salud (su sistema innato de procesamiento que ya funciona durante la fase REM del sueño) de forma natural en todas las personas. El método fue creado y ha sido desarrollado  Francine Shapiro en el año 1987.

El EMDR es un Modelo de Psicoterapia que mediante la estimulación bilateral, con movimientos oculares, con sonidos o golpecitos en las manos (tapping), consigue estimular los hemisferios de la persona a quien se le aplica la técnica, de forma alterna, logrando que se establezcan nuevas conexiones y asociaciones entre el recuerdo traumático y otros que no lo son, de manera que estos quedan integrados y se procesan (dejando de generar malestar en el paciente).

Este modelo cuenta con numerosos estudios de validación científica, por este motivo en la actualidad el EMDR es, junto con la Exposición Prolongada (EP), tratamiento de primera elección por su eficacia especialmente en el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT).

También ha demostrado importantes datos que revelan su eficacia en otros trastornos psicológicos, incluso en los TMS ( trastornos mentales severos). Los resultados que arroja hacen que sea el tratamiento de elección para otros Trastornos de Ansiedad (Fobias, Trastorno de Pánico), del Estado de Ánimo, Dependencias, Trastornos de Personalidad, Duelos, Dolor Crónico y el ya mencionado Trastorno de estrés postraumático.

En la página web del Instituto Español de EMDR (http://www.iemdr.es) encontramos las siguientes definiciones sobre qué es el EMDR y  la aplicación de esta técnica. Además os recomendamos que visites la web si queréis ampliar información sobre el tema, o bien consultar las diferentes formaciones que realizan para los profesionales.

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Fuente: Web Oficial Instituto Español EMDR, http://www.iemdr.es/que-es, consulta realizada el 01/02/2016


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