El ocio en los niños
El verano es la época en la que los niños destinan más tiempo a las actividades de ocio que más les gusta y que durante el año no pueden llevar a cabo debido a otras obligaciones tales como el colegio, los estudios o los extraescolares.
Las actividades de ocio de un niño pueden ser varias. Pero normalmente se hace referencia a aquellas que reciben una atención más negativa por parte de los adultos, tales como la televisión, el ordenador, la tablet, el móvil, los videojuegos… Que los niños destinen parte de su tiempo libre a ver una película, una serie o un programa de televisión, etc., o que jueguen con el ordenador, con la tablet o con el móvil, no tendría por qué ser percibido como algo dañino. Todo puede ser bueno y todo puede ser malo, lo que diferencia una cosa de la otra es el uso que se haga de estos «aparatos».
Existen aplicaciones móviles que son educativas, y las hay de diferentes tipos: para reforzar la planificación, para trabajar la atención, para mejorar la memoria… Incluso existen juegos culturales mediante los cuales los niños pueden aprender historia, geografía, matemáticas… Y también existen juegos que son beneficiosos para todos los niños, pero en especial para el niño disléxico, puesto que les permite jugar con la posición de los fonemas y la correspondencia con su grafema.
Pero estas opciones no sólo se reducen a aplicaciones móviles, sinó que también existen variantes o a veces incluso el mismo juego se puede encontrar para tablets y para ordenadores.
Así pues, la tarea de las familias pasa por dedicir conjuntamente con el niño cuánto tiempo se va a destinar a estas actividades y a qué se va a jugar. Es decir, comprometerse a hacer un uso responsable de estas nuevas tecnologías y que los adultos estén pendientes de los menores para poder guiarlos y asesorarlos durante el juego, ya que estas actividades son un proceso de aprendizaje más en el desarrollo del niño.
Por otro lado, y como alternativa, existe otro grupo de actividades de tiempo libre que favorecen que el niño deba socializarse más, tanto con sus iguales como con algún adulto y también refuerzan la idea de que toda la familia se implique. Por ejemplo, se pueden organizar talleres caseros de manualidades o de cocina, con la ayuda de los padres y los hermanos. O juegos en familia, tanto al aire libre como juegos de mesa.
Este tipo de actividades ayuda al desarrollo del menor, pero sobretodo favorece el buen ambiente en la familia y que las relaciones entre sus diferentes miembros sea mejor. También se consigue una mayor confianza entre hijos y padres, lo cual siempre será beneficioso para ambas partes.
Por último, el recurso de la lectura de un libro también es una buena opción para ocupar el tiempo libre de los niños. Lo fundamental será escoger el libro conjuntamente los padres y el niño, siguiendo los intereses del menor, así como sus gustos. De esta manera evitaremos que el niño se canse pronto de la lectura y se aburra. Tampoco es bueno forzarlo a leer algo que no le guste, ya que puede desencadenar aversión por la lectura.
En conclusión, cualquier actividad, siempre que esté supervisada por un adulto que guíe y refuerce al niño, y se haga un uso responsable y limitado de ella, será beneficiosa para el aprendizaje del menor.
Si tenéis dudas al respecto o si queréis saber más sobre qué tipo de juegos o aplicaciones pueden ser más educativas para vuestros hijos, no dudéis en poneros en contacto con nosotros. Desde PsicoSabadell os asesoraremos en todo el proceso, tanto en la elección como en el desarrollo de la actividad posterior con el niño.